El aireador es un componente que se instala en la salida de agua de la grifería (cocina, baño, etc.) y cumple funciones clave para optimizar su rendimiento:
- Reducir el consumo de agua: Divide el flujo de agua en chorros más pequeños, disminuyendo la cantidad de agua sin afectar la presión percibida.
- Evitar salpicaduras: Regula el flujo para que sea más uniforme y suave.
- Filtrar impurezas: Muchos aireadores incorporan mallas que retienen partículas o sedimentos presentes en el agua.
- Ahorro energético: Al disminuir el volumen de agua, también reduce el consumo de energía en calentadores.

Recomendaciones de uso
Si la grifería se va a instalar en una obra nueva:
- Retirá el aireador antes del primer uso.
- Dejá correr agua por unos segundos para eliminar restos de sedimentos o suciedad propios de la obra.
- Volvé a colocar el aireador una vez que el agua salga limpia.
De esta manera evitamos tapar el aireador y prolongamos su vida útil.
Si la grifería ya está instalada:
Se recomienda realizar una limpieza preventiva del aireador cada 3 a 6 meses, dependiendo de la dureza del agua en la zona. Si notás baja presión, salida irregular o dificultad para cortar el chorro, es posible que esté obstruido y necesite mantenimiento o reemplazo. Si está dañado o no se puede limpiar correctamente, es necesarios reemplazalo por un repuesto compatible.
¿Cómo se limpia un aireador?
Desmontarlo: Cerrá la llave de paso para evitar que salga agua. Utilizá la herramienta incluida con la grifería (puede variar según el modelo) para desenroscar el aireador, girando en sentido contrario a las agujas del reloj. Para proteger el acabado, usá un paño suave al sostener la pieza.


Remojarlo: Sumergilo en vinagre blanco durante 24 horas para disolver depósitos de cal y minerales. Si es necesario, usá un cepillo de cerdas suaves (como un cepillo de dientes) para limpiar con cuidado las mallas internas. Enjuagá bien.
Volver a instalar: Coloca el aireador de nuevo en la grifería, asegurándote de que la arandela (si la tiene) esté en su lugar para evitar fugas. Enrosca con cuidado, primero a mano y luego con la llave si es necesario, sin apretar demasiado.