Todos nuestros herrajes están hechos en latón macizo (bronce). Este material es resistente a la humedad, la corrosión y el desgaste del uso cotidiano, por lo que es ideal para herrajes de muebles.
Mas allá de su materialidad, los herrajes tienen diferentes terminaciones que pueden ser Bronce, Cromo, Niquel y Negro, tal como aparecen en la imagen.




Recomendaciones de mantenimiento diario
Para el día a día es suficiente con pasar un paño seco o apenas húmedo. Esto elimina polvo, huellas y marcas de uso sin afectar la terminación. Es importante evitar productos abrasivos, lanas metálicas o limpiadores con cloro o ácidos, ya que pueden dañar el acabado o acelerar el desgaste del recubrimiento.

Variaciones de cuidado segun la terminación
El tipo de terminación superficial influye directamente en cómo envejece el herraje y cómo se perciben las marcas del uso diario.
Los herrajes con acabado en bronce mate tienden a disimular mejor rayones o golpes leves, ya que su color y textura son similares al material base: el latón macizo (bronce).
En terminaciones como níquel o cromo, cualquier rayadura puede dejar al descubierto el bronce, generando un contraste visible. El cromo, al tener un brillo tipo espejo, resaltan más fácilmente huellas dactilares y marcas superficiales. El níquel, en cambio, tiene un acabado satinado que disimula mejor el uso cotidiano.
En acabados como negro o blanco, al tratarse de recubrimientos opacos y uniformes, las rayaduras resultan más evidentes. Si la capa de pintura se daña en algún punto, puede desprenderse con mayor facilidad en los bordes cercanos.
Cuidados según la textura
Las texturas también afectan el mantenimiento. En herrajes con superficies moleteadas, martelinadas o estriadas, el polvo o suciedad puede acumularse más fácilmente. En estos casos, se puede usar un cepillo de cerdas suaves, como un cepillo de dientes, para llegar a los detalles sin dañar el acabado.